martes, 8 de marzo de 2011

Mujeres eran las de antes (fuente: Apolonio de Rodas, Las Argonáuticas)




En épocas doradas la épica dio su revolución de género. No lo digo por las amazonas que nada leí sobre ellas como sí por las lemnias. Ofendidas por el desprecio de sus varones que las cambiaron por las tracias cautivadas en botines, no dudaron en asesinar a todos, salvo a su rey Toante, que logró escapar escondido por su hija en un cofre para luego ser arrojado al mar. A partir de entonces abandonaron las labores de Atenea (el tejer y otras labores domésticas) y tomaron literalmente al buey por las astas, decidiéndose por el pastoreo de los bueyes, el uso de armaduras broncíneas, y el arado en los campos fértiles de trigo, entre otras cosas.

¿Mujeres eran las de antes?, ¿o son las de siempre?, desde las primeras que dijeron "basta" y patearon el tazón de “arroz con leche” (como las de la épica Lemnos, bañada por el mar Egeo frente a la milenaria Tracia), hasta las últimas, anónimas, las de todos los días y de siempre, continuadoras de las ancestrales pioneras. Apasionado por la historia más mediata, intentaría sumar otros arrebatos de dignidad como el de las troyanas, danaides, etc., así como también rudas muestras de ovarios bien puestos como las de nuestra Juana Azurduy, pero ameritaría extensos capítulos y probos especialistas, para este día y por ahora la fuente es Apolonio de Rodas y sus Argonáuticas.